lunes, 5 de abril de 2010

De vuelta a la rutina, el karma contraataca

Lunes... Comienza de nuevo la agotadora rutina de clases, prácticas, trabajos, exámenes y demás después de haber podido disfrutar de una semana en la que me propuse seriamente no tocar ni un libro (ni un libro o apunte de medicina, claro está, que otros sí que me los he leido. De hecho he estado enfrascada leyendo Las Vírgenes del Paraíso, de Bárbara Wood, y he curioseado un poco Muerto hasta el anochecer, de Charlaine Harris)

Y como la semana en general ha sido buena, y he llegado a sentirme desconectada de todo después de mucho tiempo (siempre me coincidía que tenía exámenes según llegaba de cualquier tipo de vacaciones, así que no las podía disfrutar del todo, pero esta vez no tengo examen alguno hasta el día 30 de abril) pues ya desde ayer por la tarde el karma hacía de las suyas, y me daba ostiones (con perdón) para que bajase de mi nube de relax y bienestar...

Empezó todo a eso de las 5 y media. Un ligero dolor de cabeza embotaba mi mente, y no parecía querer irse con el termalgin (paracetamol) que me tomé. Era algo molesto, pero podía aguantarlo perfectamente. La cosa es que cuando me dan esos dolorcitos suaves pero constantes sé cómo suele acabar la cosa... Y en mi cabeza parpadeaba una alarma que repetía en rojo y mayúscula: "MIGRAÑA".

Total, que ya estando de mal humor debido a la desagradable sensación que llenaba mi cabeza y a la certeza segura de que iría a peor, me recuerda un compañero de clase, por el msn, que hoy tenemos prácticas. Ahí fue cuando ya pensé lo de siempre "ya sabía yo que me tocaba alguna putadilla pronto, que si no el caos universal iba a ser monumental"

Y así, tal y como había previsto, la cosa fue a peor. Me martirizaba la idea de despertarme temprano después de tantos días y además tener que pasarme casi la totalidad del día en la facultad debido a las prácticas, y a la vez sentía cómo mi dolor de cabeza iba en aumento. A eso de las 7 acabé diciéndome: Migraña, sin duda.

Mi domingo, mi despedida de las vacaciones fue una tarde-noche con la luz apagada, las cortinas y la puerta cerradas y la almohada alrededor de la cabeza. Y cuando volví a abrir el ojo, pensando que ya se me había pasado, era tarde y a penas pude disfrutar de los últimos resquicios de mi libertad. Además aún tenía esa sensación molesta entre las sienes, que me hacía sentir que me había dado un porrazo en medio de la frente.

Cuando me fui a dormir con intención de descansar y poder despertarme temprano sin morir en el intento, el dolor de nuevo fue en aumento,  contraatacando y martirizándome porque era perfectamente consciente de que tenía que dormirme, que si el maldito dolor de cabeza no se me pasaba, me darían las tantas y sería un zombie al día siguiente. Y así ocurrió. La última vez que miré el reloj antes de lograr conciliar el sueño, eran las 4 a.m. Y me tenía que despertar a las 6.20 a.m

Fui incapaz de mover un sólo músculo. Mi madre vino a despertarme porque no me levantaba con el despertador, y creo que emití una especie de gruñido, fui a desayunar, y le dije que me volvía a la cama, que no iba a aguantar despierta en clase. Y para dormir en la facultad, mejor duermo un poco más en casa ¿no?

Así que dormí un par de horitas más, y le di por **** al karma. He dormido poco, aun así, pero al menos sobreviviré. Ahora me encuentro en la sala de informática esperando a que termine la clase de la tercera hora. Entonces volveré a incorporarme... A la tediosa rutina de siempre.

2 comentarios:

BlackZack dijo...

Ñeñeñe, maldito lunes ¬¬

Desi dijo...

No sé si te felicité, creo que no xDD Felicidades atrasadas, wapa! ;)