He visto a lo largo de toda la bloggosfera, multitud de blogs dedicados a la puericultura. Blogs de pediatras, de madres, de mujeres que están embarazadas y van a ser madres, de profesores, etc. Hay muchos artículos que son interesantes, pero echo de menos algo. Y es que, todos estos blogs están escritos desde un punto de vista que no es el del que recibe la educación o las prácticas y consejos que estos comentan. No hay artículos desde el punto de vista de los hijos.
Ya sé que un niño de siete años, por muy bien desarrollado que esté mentalmente hablando, no va a escribir un blog. Pero sería interesante que se le preguntase a los hijos qué opinan sobre la forma que tienen sus padres de educarles. Seguramente encontraríamos muchas exageraciones, porque bueno, no somos los padres y hay cosas que no entendemos, pero me apuesto lo que sea a que muchos coincidirían en varias cosas, que sí que suponen un error.
Y esos errores tienen su base, en su mayoría, en el hecho de que los padres no logran asimilar del todo que tienen un hijo, y eso no significa tener una propiedad, sino más bien traer al mundo a una persona DIFERENTE E INDEPENDIENTE a ellos mismos.
¿Que qué tipo de errores se cometen cuando no se tiene esto claro? Podría nombrar muchos, pero destacaré los que yo creo que son más importantes o simplemente a mí me molestan más:
- El hijo no está destinado ni obligado a cumplir con las espectativas que sus padres tenían para ellos mismos y no pudieron cumplir. Es decir, si tu hijo no quiere estudiar lo que tú no pudiste estudiar, o si no quiere hacer con su vida algo que tu quisiste hacer y no pudiste, no puedes obligarle. Aunque sea tu hijo, tiene su propia vida y debe tomar sus propias decisiones.
- No está destinado hacer todo lo que tú esperas de él, ni a obtener para su familia el estatus económico/social que ésta quisiera. Es decir, no puedes obligarle a llevar una vida que no le hace feliz sólo para que en el futuro gane mucho dinero y tenga un nombre en letras bonitas en su despacho de trabajo. Quizá lo que le hace feliz es ser barrendero, y es igual de honrado que ser por ejemplo un abogado prestigioso.
- Aprendiste a base de cometer errores. Como la vida de tu hijo no es la tuya, él es perfectamente susceptible de cometer los mismos errores que tú, porque lleva una vida diferente e intependiente y nunca los ha cometido antes, y de hecho necesita cometer algunos para madurar, como ocurrió en tu caso. No puedes obligarle a ser perfecto ni puedes recriminarle que se equivoque de vez en cuando.
- Tu época no es la de tu hijo, y no sirven las comparaciones del tipo "en mi época la gente de tu edad no hacía tal cosa o tal otra". Tú mismo te quejas de que esas restricciones eran un coñazo (con perdón) así que no es lógico que pretendas que tu hijo siga el mismo tipo de vida que tú llevaste cuando eras joven. Las cosas han cambiado, asúmelo. Es lógico que impongas una serie de normas, pero deberías construirlas en base a los nuevos tiempos y no a los que tú viviste.
También hay un par de nociones básicas de psicología que, quienes sean padres, deberían plantearse. Los mismos errores se repiten generación tras generación, y estoy segura de que incluso yo, cuando sea madre, los cometeré alguna vez. Pero al igual que errar es de humanos, razonar también lo es, y uno tiene que tener la voluntad de sentarse a pensar si lo que hace es correcto.
- No lo sabes todo. Si tu hijo te habla de un tema que tú no conoces, por ser nuevo o diferente, o porque nunca te has interesado en aprender sobre él, deberías escucharle en lugar de prejuzgar lo que dice y darle poca importancia obcecándote en que "es muy joven y no tiene ni idea"
- Basta que prohibas algo con ahínco sin dar ningún argumento, para que tu hijo quiera hacerlo.
- A veces no tienes razón, asúmelo.
- Si quieres que tu hijo te tenga respeto, tienes que respetarle tú a él también. No puedes esperar que se calle como un borrego y asuma todo lo que le dices si gritas u ordenas de mal modo porque "eres el que manda aquí, y como eres su padre/madre te tiene que respetar por coj**** y no hay pero que valga"
- Que tu hijo no te de la razón no significa que te esté faltando al respeto. Y suena realmente ridículo cuando dices eso. Quedas más estúpido que si asumieras que te has equivocado.
- Tú tuviste y tienes vida sexual. Tu hijo también tiene ganas de tenerla, y más te vale educarle en ese ámbito de forma abierta y cordial, porque si no le pedirá consejo a sus amiguitos, y esos si que no tienen ni idea.
- Tu hijo tiene intimidades, al igual que tú. No puedes pretender saber absolutamente todo de su vida. Es lógico que haya cosas que sólo comente con sus amigos, y cosas que directamente se guarde para él mismo. Si quieres sacárselas, no puedes hacerlo de malas maneras. La comprensión y la empatía son grandes amigos en estos casos.
- Su habitación es su habitación, y deberías de darle algo de libertad para condicionarla a su gusto, que seguramente no es el mismo que el tuyo. Así le harás más feliz.
- No puedes repetir continuamente que mientras esté bajo tu techo tiene que hacer lo que tú digas y no se puede cambiar. Sabes que te sentaría muy mal que se fuera de casa, y si bien al principio eso puede funcionarte, al final te arrepentirás de decir eso porque te amenazará con marcharse de casa.
- No sigas amenazándole siempre con lo mismo. Le cansará y le dará igual. Los castigos sólo sirven para los niños, y a veces ni siquiera eso. Enséñale a ser consecuente con sus decisiones en lugar de intentar condicionarle de esa manera.