sábado, 5 de junio de 2010

Una historia de amor

Éste es Duque. Sí... Duque, es un nombre muy común para un perro. Pero por la época que vino Duque a casa, mi madre estaba enganchadísima a "Sin tetas no hay paraiso" y ella junto a media familia mia, se empeñaron en llamar al perro así, como el protagonista de la serie, al cual le llamaban "El Duque"

Unos meses antes de que él llegase, su lugar como miembro canino de la familia lo ocupaba una cocker spaniels, hembra, a la cual llamábamos Diana. Fue el primer perro que tuvimos en casa, aunque acabó viviendo en casa de mi abuela, porque cuando mi madre se quedó embarazada de mi hermana Diana era un cachorro muy inquieto, y la ginecóloga le recomendó a mi madre que durante el embarazo la dejara al cuidado de otra persona, por si le saltase sobre la barriga o algo así.

Y ella se adaptó tan bien a vivir con mi abuela, que la mimaba muchísimo y le consentía todo, que después no estaba contenta en mi casa, así que terminó allí. 

Diana vivió muchos años, siendo un perro feliz. Pero los años no perdonan a nadie, sea persona o ser perruno, y cuando cumplía 13 años, a Diana le descubrieron un cáncer. Fue un golpe muy duro para todos, y en menos tiempo del que nos hubiera gustado, tuvimos que despedirnos de ella. 

Y las cosas en mi familia se volvieron más tristes. Porque un perro siempre da mucha vida y alegría, y la echábamos muchísimo de menos. Así que decidimos buscar otro cocker. No queríamos otro tipo de perro.

Encontramos entonces un anuncio por una página web de compra venta, en el que una señora que se dedicaba a la cría de cockers ofrecía cachorros a un precio decente, y adjuntaba fotos de los mismos. 

En seguida nos pusimos a mirar, y a sonreir casi sin querer, eligiendo cuál podríamos traer a casa. Y nos decidimos de forma definitiva. Íbamos a comprar un perro. 

La mayoría de mi familia quería uno color whisky (marrón) como lo era Diana, y también había alguna que otra preferencia por uno blanco de manchas negras que salía en las fotos. Tras discutir cuál compraríamos, mi padre, mi tia y yo fuimos al criadero, que estaba allá en donde el quinto pino XD

Y cuando llegamos nos recibió la dueña, que era una mujer muy simpática, tocaya mia. Nos hizo entrar a su casa, y nos llevó a su salón, en donde estaban todos los cachorros, jugando a la lumbre de una chimenea (sí, era en el campo el criadero, y era invierno, por lo que hacía algo de fresco). Eran endiabladamente traviesos. Corrían, gruñían, se mordían entre ellos, y ni siquiera se percataron de que nosotros habíamos llegado. Todos, a excepción de uno.

Un cachorro de color negro, que estaba algo separado del resto, se acercó a nosotros. Y en seguida puso esa carita que ponen los cockers... Esa que hace que sea imposible que les puedas decir algo malo. Y mientras hablábamos con la dueña del criadero, estando todos sentados, el cachorro negro se acercó a mí. Frotaba su cabecita contra mi mano, para que lo acariciase, y me volvía a mirar con esos ojitos. Le cogí en brazos, y en poco tiempo se quedó dormido, de lo cómodo que estaba ahí. Yo ya ni le prestaba atención a la conversación, y en lo menos que estaba pensando era en que los demás querían un cachorro color whisky o blanco con manchas negras. 

Según dijo la dueña, al final de la conversación "bueno, ¿y cuál se quieren llevar al final?" yo tuve que decir "No puedo llevarme a otro... Tengo que llevarme a este"  Porque me lo estaba pidiendo con la mirada, con sus arrumacos. Sentía cómo me decía "llévame contigo", y me hubiera sentido la peor persona del mundo si no le llevaba a casa.

Así que esa fue nuestra historia de amor XD  Y continúa hasta hoy. No me arrepiento de mi elección. Duque es un perro sano, fuerte, y muy bueno. Además, se ha ganado el cariño de todos en la familia, como lo hizo en su día Diana. Y aunque no sea el mismo perro (al igual que las personas, los perros tienen carácter y se nota la diferencia entre cada uno) nos hace feliz tenerle aquí, con nosotros.

Eso sí XD hace de mi madre y mi hermana lo que quiere. A la única que medianamente respeta es a mí, que soy la "mala" que no le malcría...

5 comentarios:

BlackZack dijo...

Es que Duquillo es un amor. Todavía me acuerdo de cuando era un cachorrito pequeñito y lo llevabas en el bolso para que no cogiera cosas chungas de la calle, que aún no estaba vacunado.

Lo que crecen los perros en tan poco tiempo, y lo cariñoso que es. A mí todavía me sorprende cómo no se extraña conmigo, que aunque haga tiempo que no voy a tu casa me reconoce y se vuelve loco en plan: "¡Una visiiiitaaaaa!" XDDDD

Seishi dijo...

Jajaja sí... El pobre, cuando lo teníamos que llevar en el bolso. Y lo que me costó enseñarle a pasear conmigo en la calle, que de repente tiraba un montón y de repente se sentaba en medio del paso de peatones porque no quería caminar más XD

Y bueno XD a ti al menos porque no te ve en un tiempo, pero a nosotros nos hace esa fiesta todos los días. Imagínate qué subidón me da cuando llego a casa jajaja.

Mamá (contra) corriente dijo...

Una historia de amor a primera vista!!.

Un perro precioso, sí señor.

Por cierto, esa ginecóloga... ¡hay que ver!. Mi perra también es brutilla pero vamos, que un cocker no es un caballo, a mi nunca me saltó a la tripa, es tan fácil de evitar como levantar la rodilla cuando les ves que se levantan... aunque los perros son muy listos, mi perra sabía de sobra que yo estaba embarazada.

Marta dijo...

eso me recuerda a una chica que vino a una guardia de gine porque le había saltado un perro en la tripa y le dolía :S, claro la pobre estaba preocupada, pero al final no fue nada ^^ debe ser más frecuente de lo que me pareció en su día xD

es que los perros son amor!! :D

Desi dijo...

q liiiiindo!! :D tiene peluquilla y todo xD