martes, 22 de mayo de 2012

Sobre las huelgas en general, y la de estudiantes en particular

No suelo inmiscuirme en temas políticos dentro de mi blog, porque sigo fielmente aquello de "es mejor no hablar ni de política ni de religión" no quiero que me lluevan piedras, y siempre alguien va a sentirse aludido y/u ofendido al tratar estas materias.Pero hoy voy a hacer una excepción. Porque llevo toda la tarde viendo en periódicos online, en twitter y en facebook algo que me parece horrible.

Llevo toda la tarde leyendo comentarios sobre la huelga de mañana, esa que se va a hacer debido a los recortes en educación y sanidad. Me parece perfecto que quien sea se quiera manifestar en contra de las medidas del gobierno y apoyo totalmente el derecho a huelga, pero al igual que a los que se manifiestan se les ha de respetar, y hay que asumir que tienen derecho a manifestarse, se debe respetar a aquellos que deciden no manifestarse.

Porque a muchos se les olvida que estudiar también es un derecho. Y me molesta mucho, muchísimo, que un grupo de huelguistas se dediquen a mirar por encima del hombro y a tratar de esquiroles lameculos del gobierno e hijos de papá a quienes no se manifiestan por un motivo u otro.

Aclaro que no me refiero a todos los huelguistas, pero sí que hay unos cuantos con esta actitud. Si claman por los derechos de los estudiantes, a mi parecer están siendo contradictorios consigomismos al mirar mal a alguien por ejercer su derecho a estudiar y recibir una educación. 

Es importante luchar sí, pero hay luchas a menor escala que no salen en la tele ni en el Boletín Oficial del Estado. Hay quien tiene que sacarse una beca para poder permitirse estudiar el año que viene, hay quien trabaja y estudia y no puede ir a esa huelga porque su familia necesita el dinero para salir adelante, hay quien simplemente no opina igual que los manifestantes y eso es igual de respetable. 

No veo lógico que se clame por la libertad y los derechos y se obligue social y moralmente a los demás a clamar también, puedan o no permitírselo, crean en los clamores que se braman o no. De nada sirve procurar un objetivo general si en cada uno de nosotros hay un pequeño dictador social, si no dejamos a un lado los prejuicios y los lastres que suponen las ideas fijas e inamovibles. 

Si no empezamos a cambiar las cosas a pequeña escala, en nosotros mismos y en nuestro entorno inmediato, de nada nos sirve luchar por objetivos mayores. Porque una montaña se sustenta en su base, la azotea de un edificio sobre los pisos más bajos y las cúpulas de las catedrales sobre pilares más pequeños. No conseguiremos objetivos grandes si no arreglamos primero esas pequeñas cosas. Al menos esa es mi creencia y mi opinión. 

No pido que me den la razón con todo esto (que si me la dan lo agradeceré y me sentiré apoyada) sólo que se haga un acto de reflexión, y que aquellos que estén pensando en manifestarse mañana, cosa que me parece loable, piensen en mis palabras. No es menos español o menos estudiante el que decide no manifestarse para ejercer su derecho al estudio.

2 comentarios:

Marta dijo...

Estoy de acuerdo en que cada cual ha de ser libre de participar o no en la huelga. Quizá sea la ansiedad que se filtra, la sensación de que nos están quitando demasiadas cosas y de que este es el momento de parar el proceso. Pero sea como sea, la libertad primero :)

Lo que sí me duele (y mucho) es que determinados empresarios "chantajeen" a sus trabajadores de un modo u otro para que no puedan ir a la huelga, de formas ilícitas y con amenazas directas o indirectas.

¡Besos!

Seishi dijo...

Eso ya es otro asunto más peliagudo. Sea como sea, como bien dices es culpa de esos empresarios y no del trabajador el no poder ir a la huelga. Si encima de que se le impide ir se le mira mal por no ir... Imagínate que tesitura para esas personas.