lunes, 25 de octubre de 2010

Ver nacer una nueva vida

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Hoy comencé las prácticas de Ginecología y Obstetricia, y creo que la de este día ha sido la experiencia más bonita que he tenido en toda la carrera... He salido del hospital y he llegado a la facultad sumida en una nube de felicidad y endorfinas, de ondas positivas, optimismo, energía espiritual, buen karma o cualquier cosa buena que se precie... Y no era para menos después de poder presenciar algo tan hermoso. 

Y sí, había sangre, y dolor, y mucho instrumental médico. Pero estar presente para ver cómo, tras sus denodados esfuerzos, una madre consigue traer al mundo a su hijo, ha sido una experiencia que jamás olvidaré. 

Sobretodo el ver cómo la matrona depositaba al recién nacido sobre el vientre de su madre, y ambos, padre y madre, lloraban emocionados mirándose a la vez que mirándole, así... Como si fuera aquello por lo que vivirían por el resto de sus días. Entonces la sangre, el dolor y los médicos dejaron de existir. Había una nueva vida en este mundo, y eso era lo que importaba.

Me encantó el ver que durante todo el parto trataron a la madre de forma inmejorable, y cuando por fin el niño nació, los propios médicos respetaron el momento, interviniendo lo menos posible y sólo para lo necesario, mientras aquellos padres disfrutaban de ver a su nuevo hijo. El padre, en concreto, en medio de su ataque de orgullo paterno, nos enseñaba la foto de su otra hija, hermana del recién nacido, la cual guardaba en la cartera. 

Cuando todo acabó, la matrona me miró, sonriente, y me dijo: ¿Es el primer parto que ves?

Asentí, contestándole-sí... La verdad es que me he emocionado bastante-estaba a punto de llorar, con los ojos humedecidos, y alguna lágrima escapándoseme.

Ya algunos compañeros me habían advertido que la mayoría de las mujeres que han pasado por las prácticas de ginecología se habían emocionado al ver el primer parto, y a mí me pareció una exageración hasta hoy... Sólo puedo añadir que creo que quiero más a mi madre XD y que algún día estoy segura de que seré una madre también.

Quizá esta entrada resulte algo incoherente en algunos puntos. Pero en serio, no tengo palabras mejores para explicar cómo me he sentido hoy...

lunes, 18 de octubre de 2010

Lo sabia...

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Por suerte me dio tregua hasta ahora, pero después de lo que me pasó el miércoles pasado (me llovió encima, y llegué empapada y helada a casa) yo sabía que esto iba a ocurrir. 

Llevo todo el día medio pachucha, y a eso de media tarde me empecé a encontrar peor. La cosa fue en aumento: astenia, dolor de garganta, malestar general... Ya llevaba toda la semana estornudando más de la cuenta y estaba dudando si era la alergia o un síntoma de que estaba haciendo las veces de huesped de algún virus-bacteria malicioso/a.

Bastó que anoche no durmiera del todo bien para que se me bajaran un poquito las defensas y el ente microscópico y maligno que pillé aquel día de lluvia se manifestase revelándome la verdad: Estoy mala otra vez XD por tercera vez en menos de dos meses.

Y ahora estoy con un dolor de garganta algo mayor, febrícula (algo más de 37º), un cansancio exagerado y la cabeza medio zumbada...  Me pregunto qué tal será mi noche. Menos mal que mañana entro más tarde a clase y no me tengo que levantar temprano, aunque si me encuentro muy enferma me quedo en casita. Esperemos que no me de una gripe tan mala como la que me dio en septiembre, y que tras dormir a pierna suelta esta noche mañana amanezca un poquito más repuesta... 

En fin XD yo ya es que me resigno, en serio...¡Qué se le va a hacer! Dentro de un ratito me tomaré mi dosis de paracetamol (Me encantaría tener Efferalgan ahoramismo...Pero en mi casa sólo hay paracetamol genérico de 650 mg) y a ver cómo sigue la cosa.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Día de lluvia

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Llueve, y a lo lejos veo el puerto, a través de mi ventana, difuminado. A juego con las luces de las farolas que iluminan las calles. 

Entre las oscuras nubes se desdibuja el contorno de una luna en su cuarto creciente, cuyo brillo se derrama sobre los edificios y las casas. 

El suave murmullo de las gotas sobre el pavimento llega como un rumor lejano hasta mí., mientras observo cómo el agua que se acumula en las azoteas y los tejados va dando lugar a charcos sobre los que la luz incide, dándoles un color vivo. 

A veces, en medio de la estampa, el sonido de las ruedas de los coches deslizándose sobre la carretera mojada se añade como otra pieza más en esta noche de lluvia.

Yo disfruto, desde mi posición privilegiada en las alturas, del espectáculo. No puedo sino sentirme afortunada por vivir en un piso tan alto, con una terraza como la mia. Me siento inspirada, extrañamente feliz a la vez que llena de melancolía. Me siento humana, pequeña, parte de un todo. 

Y después dicen que sólo es agua... Pero la lluvia es mucho más que eso. A veces refleja la tristeza de uno mismo, y te hace llegar a las partes más profundas de tu propio ser. Otras en cambio te hace sonreir, y te imbuye de inspiración y de una felicidad mística e incomparable con cualquier cosa...





Bueno... Después de una ida de olla un tanto filosófica XD quería contar que hoy ha llovido mucho, como pueden intuir. Me ha llovido encima y yo iba vestida de verano. Estoy rezando por no ponerme mala, que el viernes tengo planes.