La relación entre mi pelo y yo ha sido de amor-odio desde el principio de los tiempos. Cuando era pequeña lo odiaba, porque cada vez que me tocaba peinarme sufría los horrorosos tirones derivados de los nudos que se me formaban al tener el pelo lacio, fino y largo. Y fui creciendo, a mi madre le encantaba dejarme el pelo largo, pero a veces me lo cortaba tipo melena francesa, y pasaba épocas sin tirones ni dolor de cabeza XD.
A medida que dejé de ser una niña, mi pelo adquirió fuerza, y empezó a crecer más rápido. Ahora me peinaba yo, y era distinto. Como peinarse ya no era un sufrimiento, me empezó a gustar mi pelo. Y lo dejé crecer. Cuando tenía 15-16 años, lo llevaba por las caderas casi. Tenía una envidia de melena. Brillaba, tenía color natural, era sana, fuerte. Arreglaba eventualmente las puntas abiertas, y me daba forma de vez en cuando, pero siempre el pelo largo.
Cuando estaba terminando el bachiller y entré en la universidad, tuve un par de años turbulentos. De esos que te hacen estar harto de la vida y de todo y querer cambiar de raíz. Y ¿qué era lo que primero podía cambiar? Mi pelo.
Fui a la peluquería y dejé que experimentaran con mi cabeza. Salí de allí con un corte asimétrico genial. Durante algunos días sentí que había hecho lo correcto, porque la verdad es que cuando salí de la peluquería el corte era precioso. Pero cuando empezó a crecer un poco, me llevé las manos a la cabeza... Parecía que una cabra había estado pastando por mi pelo, y me había dejado boquetes de pelo corto y zonas de pelo largo.
Así que poco después volví a la peluquería, esta vez para igualarme todo el pelo y dejármelo crecer. El resultado fue aún más desastroso. Había zonas de pelo muy corto y partes que estaban muy asimétricas, así que la peluquera tuvo que hacer un corte radical... Me quedé que parecía un caniche. Pero ella me aseguró que crecería bien y bonito, que casi no tendría que ir a la peluquería.
Y la verdad es que así fue. Aunque pasé unos meses en plena relación de odio con mi pelo, a medida que fue creciendo vi como volvía a sus orígenes. A ser una melena sana, fuerte y bonita. Y lo dejé crecer nuevamente. De manera que ahora vuelvo a tener una longitud considerable, que empieza a sobrepasar la cintura. Llevo meses sin ir a la peluquería, porque ni siquiera las puntas se me han estropeado (normal, casi no fui a la playa en verano XD)